Nicaragua
¡Sandinista! (The Clash en Nicaragua)
¿Pero qué voy a hacer, si estoy atado al potro
En que, ganado el premio, siempre quiero ser otro
Y en que, dos en mi mismo, triunfa uno de los dos?
(Ruben Darío, « En las Constelaciones »).
La inspiración para Robinson Crusoe fue un marinero de Nicaragua, abandonado en una isla del Pacífico por el filibustero Sharp, en 1860. Muchos nicaragüenses son « de viaje », viajeros que cultivan la dualidad, como lo expresa Rubén Darío en el poema de arriba. Compré su pequeña Autobiografía en una librería en Managua y la leí durante la noche, fumando un cigarro en la terraza del pequeño hotel El Rincón. Un día, un pobre marinero lo visita en su oficina, en París (donde Darío era cónsul), solo para decirle: « no le vengo a molestar ni a pedirle un solo céntimo. Vengo a saludarle, porque es el consul de mi tierra. »
La política del país es procesional.[1] Las calles están decoradas con colores del FSLN: negro, blanco y rojo. La campaña electoral para las elecciones presidenciales está en pleno apogeo y las estaciones de radio hacen eco de las canciones de la guerra de liberación, que ha quedado en la memoria colectiva.
Todo comenzó en 1927, cuando el héroe nacional, Augusto Sandino, organizó una guerra de guerrillas contra un régimen corrupto. Hoy, su esbelta figura, reconocible entre todos, con su sombrero de ala ancha y su capa, se encuentra en todas partes, cortada en metal o cartón. Fue creado por el artista Ernesto Cardenal. Es sólo una silueta. No se distinguen las características de la cara y esta simplicidad le da una fuerza simbólica innegable.
Sandino era el hijo ilegítimo de un terrateniente y un campesino mestizo. Tuvo que huir de Nicaragua después de una pelea con el hermano de su prometida, en la década de 1920. Desde su exilio en México, vio cómo Estados Unidos suministró armas al gobierno de su país, a cambio de privilegios económicos.[2]
Entonces regresó a Nicaragua, con $ 300 en su bolsillo, para armar a los 29 hombres de su primer “Ejército Defensor de la Soberanía Nacional”, una pequeña tropa de guerrillas coloridas. Cuando, años más tarde, en 1932, Estados Unidos terminó retirando sus tropas de Nicaragua, se ofreció a firmar un acuerdo de paz con el hombre en el poder, Anastasio Somoza, el aliado de los estadounidenses.
Y cayó en una trampa. Muchos nicaragüenses que conocí durante mi estadía de dos meses maldicen a Somoza por su traición porque invitó a Sandino a esta reunión y aprovechó la oportunidad para asesinarlo. La escena ha sido pintada mil veces y se reproduce en la mayoría de los lugares públicos.
La dinastía Somoza duraría de 1936 a 1979. Se pareció a la de los Duvaliers, en Haití, aún incluso siendo menos violenta. Cuando su fundador fue asesinado, en 1956, por el poeta nacionalista Rigoberto López Pérez, su hijo, Luis Somoza, lo reemplazó.
El FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) fue creado en 1961 por estudiantes de izquierda, con el himno: « Lucharemos contra el yankee agresor, enemigo de la humanidad. »[3] Hay pocas formaciones, en America Latina, que puedan presumir de un historial similar. Los sandinistas adoptaron la teoria foquista preconizada por el Che Guevara (conquistar el poder por un pequeño grupo guerrillero en areas rurales).
Primero, sufrieron una primera derrota en el norte montañoso del país, donde murieron varios de sus miembros fundadores. En 1969, la televisión transmitió en vivo el asalto a una casa de Managua por parte de las furezas del orden. Su único ocupante, Julio Buitrago, miembro del FSLN, fue asesinado después de tres horas de lucha, un hombre solo contra 300 gendarmes y varios tanques. Este episodio desencadena un sentimiento de simpatía hacia los sandinistas.
Entonces, el régimen de Somoza multiplicó sus errores. En 1978, mandó asesinar al director del famoso periódico « La Prenza », quien lo criticó. Este asesinato desencadenó en una huelga general. El mismo año, un periodista estadounidense fue asesinado frente a las cámaras de televisión por la Guardia Nacional y Estados Unidos dejó de apoyar al gobierno. Somoza debió huir y, en julio de 1979, los sandinistas tomaron el poder.
Según Noam Chomsky, el éxito de las reformas sandinistas aterrorizó a los planificadores estadounidenses, con salud y educación gratuitas, respetando los derechos de las mujeres y manteniendo a raya a los carteles de la droga. En resumen, un gobierno que se preocupa por su gente, un caso único en América Central.
Cuando Reagan fue elegido presidente de los Estados Unidos, acusó a los sandinistas de estar vinculados con los cubanos y comenzó a financiar un grupo contrarrevolucionario, los « Contras », desde 1980.
Era el año del triple álbum de THE CLASH: Sandinista! Su número de catálogo, « FSLN1 », es un guiño a las iniciales del movimiento revolucionario. The Clash fueron considerados, en ese momento, por muchos (incluidos los músicos de U2) como la mejor banda de rock del mundo. Eligieron apoyar al FSLN cuando el gobierno conservador de Margaret Thatcher, vinculado a Reagan, propuso prohibir el uso de la palabra “sandinista” en todos los medios de comunicación en Inglaterra.
En este álbum triple, el grupo experimenta brillantemente con diferentes estilos musicales: reggae y dub (“One More Time”), jazz (“Look Here”), hip-hop (“The Magnificent Seven”) e incluso música de cámara, con “Rebel Waltz”. Aquí están las letras de la canción “Washington Bullets”:
For the very first time ever,
When they had a revolution in Nicaragua,
There was no interference from America
Human rights in America
Well the people fought the leader,
And up he flew…
With no Washington bullets what else could he do?
Sí, Somoza salió … Sin las balas ofrecidas por Washington, ¿qué más podía hacer? The Clash insistió en que su álbum triple se vendiese al precio de un solo vinilo e incluso ofreció su caja de producción para compensar el déficit, reduciendo sus propias regalías. Mientras tanto, los « Contras », secretamente ayudados por la CIA, destruyeron cultivos, escuelas y centros de salud. Una de las víctimas de estas redadas fue un médico francés, Pierre Grosjean, asesinado en Rancho Grande.
Las poblaciones indígenas de los miskitus fueron, inicialmente, favorables al FSLN, pero algunas se unieron, mas tarde, a la Contra[4], que el gobierno de los Estados Unidos continúa financiando, a pesar de la prohibición del Congreso, a través de la venta de armas a Irán, lo que provocaría otro escándalo más tarde.
Hoy, el jefe sandinista Daniel Ortega todavía está en el poder, en Nicaragua. Se convirtió en presidente por primera vez después de las elecciones libres, en 1984. Pero, seis años después, otras elecciones devolvieron el poder a un régimen conservador, liderado por la líder de la oposición, Violeta de Chamorro, la primera mujer elegida democráticamente en América. En la historia del siglo XX, es muy raro que un régimen revolucionario aceptase entregar el poder a la oposición en el marco de unas elecciones libres. La victoria de los conservadores sería una consecuencia de la amenaza que Estados Unidos representaba para el país al anunciar que continuaría financiando la guerra secreta contra los sandinistas si estos permanecían en el poder, incluso tras las siguientes elecciones democráticas.
Después de esta derrota electoral, Daniel Ortega decidió seguir desempeñando un papel, pero « desde abajo », gracias a la presencia de muchos sandinistas en todas las instituciones.[5] Presentó esta estrategia durante su discurso en febrero de 1990 en la Plaza Omar Torrijos, frente a miles de seguidores: « nosotros no nacimos arriba, nacimos abajo y vamos a gobernar desde abajo. Ahora que hay un poder popular, estamos en muchas mejores condiciones para, en un corto tiempo, volver a gobernar este pais desde arriba. »
Luego, organizó lo que se llama la “piñata”: la transferencia masiva de bienes públicos a los líderes del partido sandinista antes de la entrega del poder a sus sucesores conservadores: cuentas bancarias, casas, vehículos, empresas comerciales, haciendas …
La Iglesia Católica fue tolerante con esta corrupción porque también se benefició de ella. A partir de este momento, Ortega entendió que tenía que acercarse a la iglesia y sus discursos comenzaron a parecerse a oraciones y sermones, como por ejemplo su programa (carta) para las elecciones de 2001: “Vote con su corazón con confianza y tranquilidad /…/ Nicaragua unida es … la tierra prometida. ”
Un miembro del FSLN, Coronel Krautz, analizó este cambio de estrategia como manipulación y venta de ilusiones, pero enfatizó que no podía ser de otra manera, porque era el juego del sistema. El FSLN aprendió las reglas del juego para sobrevivir: « no puede ser de otra manera, es algo consustancial e inextricable del sistema, es el juego del sistema, es el sistema. » Los partidos políticos deben evolucionar y adaptarse, como las especies animales.
A pesar de los esfuerzos de Washington por evitarlo, Ortega fue reelegido presidente del país, en 2006, gracias a un famoso pacto, « el Pacto », concluído con el principal partido de la oposición, el PLC, para evitar que los otros partidos lleguen al poder (estos pactos entre fuerzas opuestas son uno de los sellos distintivos de la política latinoamericana).
La aventura de Daniel Ortega no puede dejar de simpatizar con cualquiera que aprecie el coraje y la determinación. Es uno de esos líderes populares, mitad bandidos, mitad vindicadores, que el folklore ha mitificado, comenzando con Sandino, una reencarnación del periodista nicaragüense, el Güegüense : « El nicaragüense es un tipo imaginativo, fantasioso, que con mucha frecuencia llega a la extravagancia barroca o a la fanfarroneria. »[6]
Encontramos lo mismo en México, con Zapata, Pancho Villa y, más recientemente, Marcos, el ciberguerrillero. Todos lucharon contra la globalización, para evitar que el mundo se convirtiera en una compañía administrada por una junta directiva.
Militante desde temprana edad, Daniel Ortega, que todos en el país simplemente llaman « Daniel », fue arrestado por sus actividades políticas desde los quince años. Luego, fue encarcelado (1967-1974) y torturado. Escribió poemas en su celda, antes de ser liberado en un intercambio de prisioneros, entre la guerrilla sandinista y el régimen, pero su hermano murió bajo tortura. Se formó en Cuba y conoció a su esposa, Rosario Murillo, quien todavía juega un papel importante en el país. Desde que su esposo estaba en el poder, se ha convertido en una gran sacerdotisa del régimen, organiza campañas electorales y publica todo tipo de horóscopos y comentarios ocultos en los medios. Sus laudadores reconocen en ella poderes taumatúrgicos.
Hay que decir que la política y la religión están íntimamente ligadas a Nicaragua.[7] La iglesia católica es muy influyente. Los sermones dominicales se transmiten, por televisión y radio. Ciertos debates políticos, transmitidos por la prensa, son casuísticos, como por ejemplo: “¿la pureza de la intención disculpa la culpa?”
A pesar de la prevalencia del machismo en el país, las mujeres han jugado un papel importante en el movimiento sandinista desde el principio. También hay muchas mujeres en la policía, lo que contribuye a la buena imagen que la policía disfruta. El hecho es que el machismo sigue siendo un elemento clave de la cultura del país y que una gran cantidad de mujeres se quejan de la violencia, incluso si se han hecho progresos, según informes de la Procuraduria para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), las Comisarias de la Mujer y las Casas de la Mujer.[8]
Los sandinistas obtuvieron una victoria legal cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en un juicio conocido por todos los estudiantes de derecho, ordena a los Estados Unidos a pagar $ 17 mil millones en daños a Nicaragua, por los daños causados por su intervención ilegal en los asuntos internos de este país. Sin embargo, Washington logró liberarse de sus obligaciones al aprobar una nueva enmienda constitucional que excluye las “cuestiones de interés nacional” de su participación en la Corte Internacional de Justicia. Esta evasión del mayor poder del mundo de la aplicación de la ley ilustra la situación absurda de la justicia internacional en el mundo.
Este juicio reveló el manual de guerra psicológica de la CIA, titulado « Operaciones Psicologicas en Guerra de Guerilla », que recomendaba el reclutamiento de delincuentes profesionales para acusarlos de contratos “especiales”.
Véanse dos testimonios:
Un ex-Contra (Edgar Chamorro): “Nos dijeron que la única forma de derrotar a los sandinistas era matar, secuestrar, robar y torturar. ”
Un ex gerente del programa de la CIA (Duane Clarridge): “Los Contras asesinaron a enfermeras, médicos y jueces. ”
Viviré durante varias semanas en Matagalpa, la ciudad principal del norte, rodeada de montañas cubiertas de vegetación. La cocina es rica, variada y nutritiva. El plato nacional es el « gallo pinto », hecho con arroz y frijoles rojos. El país también produce un excelente ron, además de cigarros, café y chocolate, igualmente sabrosos.
Cuando tomo la fotografía de un campesino con un machete, pienso en lo que leí en un libro comprado en Managua: « El machete es un arma desenfundada y visible, un arma presentada con claridad desnuda. »[9]
En el pequeño parque municipal, cerca de la imponente catedral, todo blanca, me encuentro con militantes sandinistas. El hombre mayor usa una camiseta decorada con el retrato de Carlos Fonseca, uno de los héroes del movimiento revolucionario, que vivió aquí en el distrito de El Laborio. El hombre se levanta de su banco para darme la bienvenida, usando el “voseo”, como todos los nicaragüenses. Luego, levanta los pantalones, a la altura de las rodillas, y golpea ligeramente las piernas, que hacen un sonido agudo. Están hechos de plástico.
“Los perdí a ambos durante la guerra de liberación”, dice, “y no quiero ver otra guerra. Nunca. Demasiados amigos están muertos. ”
Agregó que tenía que pagar cinco mil dólares en el momento de la cirugía porque la derecha estaba en el poder. Pero hoy, “gracias al Comandante Daniel Ortega”, puede tratar a su hijo sin gastar un peso, porque los hospitales son gratuitos.
El más joven de los dos hombres se levantó por turno del banco público y agregó: “Sí, bajo los gobiernos de derecha, los pobres fueron tratados como perros” (hace un gesto de repulsión hacia alguien).
En este punto, un niño de siete u ocho años aprovecha la desaceleración de una camioneta, en una encrucijada, para trepar por detrás, aferrarse a la cabina y desaparecer en un giro.
“En la vida, tienes que hacer lo que puedas, con los medios disponibles”, comenta el hombre más viejo.
Los oradores en el jardín público transmitieron la canción « Stand by me », de Ben E. King, que fue elegida para la campaña por la primera dama, Rosario Murillo, quien reescribió la letra en español para la ocasión: “cariño quedate conmigo …”
El Obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Alvarez, nos recibe en su gran despacho. Tiene un aire falso de Robert de Niro, en el papel del padrino, y las formas de un jesuita. Según él, muchas armas están escondidas en el Rancho Grande, en manos de los ex-Contras. Cita un dicho: “ojos vemos, corazones no sabemos. » Lo que es seguro es que solo habrá una ronda, para las elecciones presidenciales. Está en la cultura: una pelea de boxeo con nocaut en la primera ronda.
Visito un templo evangelista, « Triunfadores en Cristo », donde un pastor en un traje de tres piezas predica contra el demonio de los lugares de perdición, agitando sus grandes manos. Menciona un club nocturno de la ciudad, « Las Conejitas », que me aseguro de visitar al día siguiente. En el interior, hombres vestidos de vaqueros beben el excelente ron del país, Flor de Caña. Algunas chicas se mueven en una pista de baile. Un bigote con cabello brillante, parecido al actor Charles Bronson, se acerca al bar y me ofrece un pequeño cigarro. Me vio escribir en mi cuaderno y quería hablar. Los nicaragüenses son fáciles de abordar. Les gusta intercambiar ideas, sin formalidades.
Es el dueño de una finca de café. Le hubiera gustado participar en las elecciones legislativas, pero el salario de los diputados es ridículo, a su juicio: 1500 dólares mensuales, por 6000 $ en la República Dominicana… Eso es suficiente para desalentar las vocaciones. Según él, hay una atmósfera de sospecha en el país. Me aconseja que tenga cuidado con los CDS: “estos son los ojos del poder. » Las creencias sobre las fuerzas sobrenaturales siguen siendo muy fuertes aquí: « el sentido mágico de la vida. » Esta es la razón por la cual el presidente y su esposa logran vender sus “ensaladas esotéricas”, sin ningún programa político real.
Después de unos tragos, mi interlocutor llega a los puntos negativos de la cultura de su pueblo: el oportunismo, la falta de puntualidad y, sobre todo, el « güegüensismo », una palabra intraducible. También me habla sobre las « 3 P »: Plata para el amigo, Palo para el indiferente, Plomo para el enemigo. Era el lema de Somoza, pero también la regla de cualquier político que se precie. Me recuerdan a la “3 Z” de los pastunes en Afganistán. Otro punto común entre los dos países es la importancia de la familia y el clan.
Al igual que en Afganistán, hay alrededor de 30 grados de lazos familiares en Nicaragua, algunos de los cuales son imposibles de traducir. Cuando un hombre se encuentra con otro por primera vez, trata de identificar a su interlocutor tomando tanta información como sea posible sobre sus lazos familiares, antes de aventurarse a decir algo.
En pequeños pueblos de montaña, me reúno con los liberales del PLI, la principal fuerza de oposición, que incluye varios ex comandantes de la Contra. No lo ocultan, todo lo contrario. Las reuniones del partido en los pueblos de Río Blanco, Rancho Grande y Waslala son populares: los vaqueros cantan muchas canciones anticomunistas y se declaran listos para reanudar la lucha.
Nicaragua me recuerda a Bielorrusia. El mismo programa social, el mismo apoyo popular para la independencia de las grandes potencias, la misma prevalencia del jefe, el cacique. Las organizaciones de masas rodean a la sociedad, lo que hace posible monitorear a la población. El año está marcado por el ciclo de celebraciones y celebraciones y cada elección es un festival que incluye desfiles, música y canciones en honor a los héroes.
[1] Pablo Antonio Cuadra, El Nicaragüense, Hispamer, Managua, 1993 (edición, 2004), p. 55.[2] Emilio Alvarez Montalvan, Cultura Politica Nicaragüense, Hispamer, Managua, 2008, p. 26 : « La intervencion extranjera ha jugado un papel negativo, debilitando nuestra identidad nacional e impidiendo el desarrollo natural, condicionandonos a ser dependiendes, erosionando asi nuestra autoestima, que los sociologos llaman heteronomia. »
[3] Pero, con las elecciones de 2006, el FSLN abandonó este himno y sus discursos contra los yanquis, y eligió textos más sinceros, como la canción “Give Peace a Chance” de John Lennon, y luego “Stand by Me”. Es el resultado del trabajo de la esposa de Daniel Ortega, Rosario Murillo, quien en realidad dirige las campañas electorales. Es aficionada al esoterismo y a la “revolución espiritual”.
[4] Gilles Bataillon, Enquête sur une guérilla : Nicaragua (1982-2007), Paris, Le Félin, 2009. Estos indios se convirtieron al pietismo moravo (un movimiento de protestantismo) a principios del siglo XX.
[5] « Durante los anos en que el FSLN no estuvo en el gobierno, desde 1990 hasta 2006, este se transformo en un partido que pacto y negocio sistematicamente con quienes detentaban el poder para satisfacer sus intereses particulares, independientemente (o incluso en contra) de los intereses de la nacion. » Salvador Marti i Puig, David Close (eds.), Nicaragua y el FSLN (1979-2009) : que queda de la revolucion ?, Edicions Bellaterra, Barcelona, 2009, p. 12. [6] Pablo Antonio Cuadra, El Nicaragüense, Hispamer, Managua, 1993 (edición, 2004), p. 27.
[7] Gilles Bataillon, Enquête sur une guérilla (1982-2007), Paris, Le Félin, 2009.
[8] Por ejemplo: Seguimiento a las recomendaciones establecidas en la fiscalizacion sobre el Acceso a la justicia de las Mujeres Victimas de Delitos Sexuales, Violencia Intrafamiliar y Femicidio, en las Comisarias de la Mujer, Ministerio Publico y Juzgados Penales, avril 2011, PDDH.
[9] Pablo Antonio Cuadra, El Nicaragüense, Hispamer, Managua, 1993 (edición, 2004), p. 59.
Merci à mon ami Sebastia (@sebastiaagc) pour avoir révisé le texte en espagnol.
Sandinista ! (Au pays des Clash)
¿Pero qué voy a hacer, si estoy atado al potro
En que, ganado el premio, siempre quiero ser otro
Y en que, dos en mi mismo, triunfa uno de los dos?
(Ruben Darío, « En las Constelaciones »)
L’inspiration pour le personnage de Robinson Crusoé était un marin du Nicaragua, abandonné sur une île du Pacifique par le flibustier Sharp, en 1860. De nombreux Nicaraguayens sont « de viaje », des voyageurs qui cultivent la dualité, comme l’exprime Ruben Dario dans le poème ci-dessus. J’ai acheté sa petite Autobiographie dans une librairie de Managua et l’ai lue dans la nuit, en fumant un cigare sur la terrasse du petit hôtel El Rincon. Un jour, un marin pauvre rend visite à Dario dans son bureau de Paris où le poète était consul, juste pour lui dire : « Je ne viens pas vous déranger ni vous demander un seul centime. Je viens vous saluer, car vous es le consul de ma patrie. »[1]
Même la politique du pays est processionnelle. C’est « le défilé dans des multitudes ».[2] Les rues sont pavoisées des couleurs du FSLN (Front Sandiniste de Libération Nationale, le parti au pouvoir) : noir, blanc et rouge. La campagne électorale pour les présidentielles bât son plein et les radios résonnent des chants de la guerre de libération, restée dans toutes les mémoires.
Tout commence en 1927, lorsque le héros national, Augusto Sandino, organise une guérilla contre un régime corrompu. Aujourd’hui, sa silhouette élancée, reconnaissable entre toutes, avec son chapeau à larges bords et sa cape, se retrouve partout, découpée dans du métal ou du carton. Elle a été créée par l’artiste Ernesto Cardenal. Ce n’est qu’une silhouette et on ne distingue pas les traits du visage, mais cette simplicité lui confère une force symbolique indéniable.
Sandino était le fils illégitime d’un propriétaire terrien et d’une paysanne métisse. Il a dû fuir à l’étranger après une bagarre avec le frère de sa fiancée, dans les années 1920. Depuis son exil, il a observé comment les Etats-Unis fournissaient des armes au gouvernement de son pays en échange de privilèges économiques.[3] Puis il est rentré au Nicaragua avec 300 dollars en poche, pour armer les 29 hommes de sa première « armée de défense de la souveraineté nationale », une petite troupe de guérilleros hauts en couleur. Et lorsque, des années après, en 1932, les Etats-Unis ont fini par retirer leurs troupes du Nicaragua, c’est lui qui a proposé de signer un accord de paix avec l’homme au pouvoir, Anastasio Somoza, l’allié des Américains.
Mais il est tombé dans un piège. De nombreux Nicaraguayens rencontrés lors de mon séjour (de deux mois) maudissent aujourd’hui Somoza pour sa trahison et sa perfidie, car il a invité Sandino à cette réunion pour le faire assassiner. La scène a été peinte mille fois et affichée sur les murs des écoles.
La dynastie des Somoza durera de 1936 à 1979. Elle ressemble à celle des Duvalier, en Haïti, de triste mémoire, même si elle a été moins violente. Lorsque son fondateur est assassiné, en 1956, par le poète nationaliste Rigoberto Lopez Perez, c’est son fils, Luis, qui le remplace.
Le FSLN a été créé en 1961 par des étudiants de gauche, avec comme hymne : « lutter contre les envahisseurs yankees, ennemis de l’humanité. »[4] Il y a peu de formations en Amérique latine qui peuvent se vanter d’une histoire similaire. Les sandinistes ont adopté la théorie du foco de Che Guevara : la conquête du pouvoir par un petit groupe de guérilla en milieu rural. Ils essuient d’abord une première défaite, dans le nord montagneux du pays, où meurent plusieurs de ses membres fondateurs. En 1969, la télévision retransmet en direct l’assaut d’une maison de Managua par les forces de l’ordre. Son unique occupant est Julio Buitrago, un membre du FSLN, qui est tué après trois heures de combat acharné, un homme seul contre trois cent gendarmes et plusieurs tanks… Cet épisode déclenche un sentiment de sympathie envers les sandinistes dans tous le pays.
Puis le régime multiplie les erreurs. En 1978, il fait assassiner le directeur du célèbre journal La Prenza, qui le critiquait. Ce meurtre entraine une grève générale. La même année, un journaliste américain est tué devant les caméras de télévision par la Garde Nationale et les Etats-Unis interrompent leur soutien au gouvernement. Somoza doit prendre la fuite et, en juillet 1979, les Sandinistes prennent enfin le pouvoir.
Mais ils ne sont pas au bout de leurs peines. Selon Noam Chomsky, le succès des réformes sandinistes terrifie les planificateurs américains, avec la santé et l’éducation gratuites, les droits de la femme respectés et les cartels de la drogue tenus à distance. Bref, un gouvernement qui se soucie de son peuple, cas unique en Amérique centrale.
Lorsque Reagan est élu à la présidence des Etats-Unis, il accuse les Sandinistes d’être liés aux Cubains et commence à financer un groupe contre-révolutionnaire, les Contras, à partir de 1980. C’est l’année du triple album des Clash : Sandinista ! Son numéro de catalogue, FSLN1, se veut un clin d’oeil aux initiales du mouvement révolutionnaire. Les Clash sont considérés, à l’époque, par beaucoup (y compris les musiciens de U2), comme le meilleur groupe de rock du monde. Ils ont choisi de soutenir le FSLN lorsque le gouvernement conservateur de Margaret Thatcher, lié à Reagan, a proposé d’interdire l’utilisation du mot « sandiniste » dans tous les médias d’Angleterre. Big Brother n’est pas très loin… Le roman d’Orwell est supposé se passer en 1984, c’est-à-dire seulement quatre ans plus tard.
Dans ce triple album, le groupe rock expérimente avec brio différents styles musicaux : le reggae et le dub (avec la chanson « One More Time »), le jazz (« Look Here »), le hip-hop (« The Magnificent Seven »), et même la musique de chambre, avec « Rebel Waltz ». Voici les paroles de la chanson « Washington Bullets » :
For the very first time ever,
When they had a revolution in Nicaragua,
There was no interference from America
Human rights in America
Well the people fought the leader,
And up he flew…
With no Washington bullets what else could he do?
Eh oui, Luis Somoza s’est barré… Il a senti le vent tourner. Sans les balles offertes par Washington, qu’est-ce qu’il pouvait faire d’autre ?… Et les Clash insistent pour que leur triple album se vende au prix d’un simple vinyle. Tenez vous bien : ils proposent même à leur boîte de prod de compenser le manque à gagner en diminuant leurs royalties… Autre époque, autres moeurs… C’est pas aujourd’hui qu’on verrait ça… Pendant ce temps, les contre-révolutionnaires Contras, aidés secrètement par la CIA, détruisent des récoltes, des écoles et des centres de santé. Une des victimes de ces razzias est un médecin français, Pierre Grosjean, tué à Rancho Grande.
Les populations indigènes de la miskitus sont, au départ, favorables au FSLN, mais certains rejoignent ensuite la Contra[5], que le gouvernement américain continue à financer, malgré l’interdiction du Congrès, par le biais de ventes d’armes à l’Iran.
Aujourd’hui, c’est toujours le chef sandiniste Daniel Ortega qui est au pouvoir. Il devient président, pour la première fois, au terme d’élections libres, en 1984. Pas Big Brother pour un sous, car six années plus tard, d’autres élections libres ramènent au pouvoir un régime conservateur, dirigé par le chef de l’opposition, Violeta de Chamorro, la première femme démocratiquement élue en Amérique. Dans l’histoire du vingtième siècle, c’est vraiment très rare qu’un régime révolutionnaire accepte de passer la main à l’opposition, dans le cadre d’élections libres. Selon certains, la victoire des conservateurs est une conséquence de la menace que les États-Unis font peser sur le pays en faisant savoir qu’ils continueront à financer la guerre secrète contre les Sandinistes si ces derniers se maintiennent au pouvoir, même si c’est à la suite d’élections démocratiques.
Après cette défaite électorale, Daniel Ortega décide de travailler desde abajo – par en-dessous – grâce à la présence de nombreux sandinistes dans toutes les institutions.[6] Il présente cette stratégie lors de son discours de février 1990 sur la Plaza Omar Torrijos, devant des milliers de sympathisants : « Nous ne sommes pas nés en haut, nous sommes nés en bas et nous régnerons par le bas. Maintenant qu’il y a une puissance populaire nous nous trouvons dans de bien meilleures conditions pour, dans un court laps de temps, revenir gouverner ce pays par le haut. »[7] Puis il organise ce qu’on appelle la « piñata » : le transfert massif de biens publics aux dirigeants du parti avant la passation de pouvoir aux conservateurs : comptes bancaires, maisons, véhicules, sociétés commerciales, haciendas…
L’Eglise catholique affiche une position tolérante envers cette corruption, car elle en tire aussi profit. A partir de cette époque, Ortega comprend qu’il lui faut se rapprocher d’elle et ses discours commencent à ressembler à des prêches, comme par exemple son programme pour les élections de 2001 : « Votez avec votre cœur avec confiance et tranquillité /…/ Le Nicaragua uni est la terre promise. »
Un membre du FSLN, Coronel Krautz, a analysé ce changement de stratégie comme de la manipulation, mais en soulignant qu’il ne pouvait en être autrement, car c’est comme ça que fonctionne le système. C’est juste que le FSLN a appris les règles du jeu, pour survivre. Tout comme les espèces animales, les partis politiques doivent évoluer et s’adapter, s’ils veulent durer.
Quelques années plus tard, en 2006, malgré les efforts de Washington pour l’en empêcher, Ortega est réélu à la présidence du pays, grâce à un célèbre pacte – el Pacto – conclu avec le principal parti de l’opposition, le PLC, pour empêcher les autres partis d’accéder au pouvoir. Ces pactes entre forces antagonistes sont devenus une des marques de fabrique de l’Amérique latine.
L’aventure d’Ortega ne peut manquer de le rendre sympathique à quiconque apprécie le courage et la détermination. Il fait partie de ces leaders populaires, moitié bandits, moitié redresseurs de torts, que le folklore américain a érigé au rang de mythes, à commencer par Sandino, une réincarnation du Gavroche nicaraguayen, le Güegüense. Comme le dit Pablo Antonio Cuadra : « Le Nicaraguayen est un type imaginatif, fantaisiste, qui va très souvent jusqu’à l’extravagance baroque ou la vantardise. » [8]
Il en va de même au Mexique, avec Zapata, Pancho Villa, et, plus récemment, Marcos, le cyber-guérillero. Tous ont lutté contre la globalisation, pour éviter que le monde ne devienne une entreprise gérée par un conseil d’administration.
Militant dès la fin de son adolescence, Daniel est arrêté à l’âge de quinze ans. Il sera plus tard emprisonné (1967-1974) et torturé. Il écrit des poèmes dans sa cellule, avant d’être libéré à la faveur d’un échange de prisonniers, entre la guérilla sandiniste et le régime, mais son frère meurt sous la torture. Puis il part à Cuba suivre un entraînement révolutionnaire et y rencontre sa femme, Rosario Murillo, qui joue toujours un grand rôle dans le pays. La primera dama est une cousine de Sandino. Depuis que son mari est au pouvoir, elle s’est transformée en grande prêtresse du régime, organisant les campagnes électorales et publiant toutes sortes d’horoscopes et de commentaires occultes dans les médias. Ses laudateurs lui reconnaissent des pouvoirs quasi thaumaturgiques.
Il faut dire que le politique et le religieux sont intimement liés, surtout au Nicaragua.[9] L’église catholique y est très influente. Les sermons du dimanche sont retransmis à la télévision et à la radio. Certains débats politiques, relayés par la presse, relèvent de la casuistique, comme par exemple : « est-ce que la pureté de l’intention excuse la faute ? » On ne fait pas plus exotique pour un observateur européen.
Malgré la prégnance du machisme, les femmes ont joué un grand rôle dans le mouvement sandiniste, depuis les origines. Il y a aussi beaucoup de femmes dans la police, ce qui contribue à la bonne image dont jouissent les forces de l’ordre, y compris aujourd’hui.[10] Il n’en reste pas moins que le machisme demeure un élément clef de la culture du pays et qu’un grand nombre de femmes se plaignent de violences, même si des progrès ont été faits, ce que montrent les rapports de la Procuraduria para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), des Comisarias de la Mujer et des Casas de la Mujer.[11]
Les sandinistes obtiennent une éclatante victoire juridique lorsque la Cour Internationale de Justice (CIJ), dans un arrêt connu de tous les étudiants en droit, ordonne aux États-Unis de verser 17 milliards de dollars de dédommagements au Nicaragua, pour les dommages qu’ils ont causé par leur intervention illégale dans ses affaires intérieures. Cependant, Washington réussit à s’extirper de ses obligations en faisant voter un nouvel amendement à la constitution excluant les « questions d’intérêt national » de sa participation à la Cour Internationale de justice. Cette dérobade de la plus grande puissance mondiale devant l’application du droit illustre la situation absurde de la justice internationale jusqu’à aujourd’hui et le sacro-saint principe du « deux poids, deux mesures » que l’on retrouve dans beaucoup d’autres conflits.
C’est dans le cadre de ce procès qu’est divulgué un document intéressant : le manuel de guerre psychologique de la CIA, intitulé Operaciones sicologicas en guerra de guerilla, qui recommande le recrutement de criminels professionnels pour les charger de contrats « spéciaux ». En voici deux témoignages :
Un ex-Contra (Edgar Chamorro) : « on nous a dit que le seul moyen de vaincre les Sandinistes était de tuer, kidnapper, voler et torturer. »
Un ex-responsable de programme à la CIA (Duane Clarridge) : « les Contras assassinaient des infirmières, des médecins et des juges. »
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Je vais vivre plusieurs semaines à Matagalpa, la ville principale du nord, entourée de montagnes couvertes de verdure. La cuisine y est riche, variée et nutritive. Le plat national est le gallo pinto, composé de riz et de haricots rouges. Le pays produit aussi un excellent rhum, des cigares, du café et du chocolat. Bref, la belle vie.
En prenant la photographie d’un paysan tenant une machette, je pense à ce que j’ai lu dans un livre acheté à Managua : « la machette est une arme visible, une arme présentée avec une clarté nue. »[12]
Dans le petit parc municipal, près de l’imposante cathédrale, toute blanche, je rencontre des militants sandinistes. Le plus âgé porte un T-shirt orné du portrait de Carlos Fonseca, un des héros du mouvement révolutionnaire, qui a vécu ici, dans le quartier El Laborio. L’homme se lève de son banc pour me souhaiter la bienvenue, en utilisant le « voseo », comme tous les Nicaraguayens. Puis il relève son pantalon, au niveau des genoux, et tape sur ses jambes, qui rendent un son aigu. Elles sont en plastique.
« Je les ai perdues, les deux, pendant la guerre de libération », explique-t-il, « et je ne veux pas voir d’autre guerre. Jamais. Trop de copains sont morts. »
Il ajoute qu’il a dû payer, à l’époque, cinq mille dollars pour se faire opérer, car la Droite était au pouvoir. Mais aujourd’hui, « grâce au Commandante Daniel Ortega », il peut faire soigner son fils sans dépenser un peso, car les hôpitaux sont gratuits.
Le plus jeune se lève à son tour et renchérit : « oui, sous les gouvernements de Droite, les pauvres étaient traités comme des chiens » (il fait le geste de repousser quelqu’un).
A ce moment, un garçon de sept ou huit ans profite du ralentissement d’une camionnette, à un carrefour, pour grimper derrière, en s’accrochant à la carlingue, puis disparaît dans un virage.
« Dans la vie, faut faire comme on peut, avec les moyens du bord », commente le plus vieux, en souriant.
Les haut-parleurs du jardin public retransmettent la chanson Stand by me, de Ben E . King, choisie pour la campagne électorale par la prima dama, Rosario Murillo, qui a réécrit les parolespour l’occasion : « cariño quedate conmigo… »
L’évêque de Matagalpa, Monseñor Rolando Alvarez, « El opispo de la curia », nous reçoit dans son grand bureau. Il a un faux air de Robert de Niro, dans le rôle du parrain, et des manières de jésuite. Selon lui, la situation est dangereuse, explosive : de nombreuses armes sont cachées dans le Rancho Grande, aux mains des ex-Contras. Il cite un dicton : « ojos vemos, corazones no sabemos. » Ce qui est sûr, selon lui, c’est qu’il n’y aura qu’un seul tour. C’est dans la culture : « un combat de boxe avec KO au premier round. »
Je visite un temple évangéliste, Triumfadores en Cristo, où un pastor en costume trois pièces prêche contre le démon des lieux de perdition, en agitant ses grandes mains. Il a tout d’une caricature. Il mentionne un night club de la ville, Las Conejitas, que je me fais un devoir de visiter le lendemain. A l’intérieur, des hommes habillés en cowboys sirotent l’excellent rhum du pays, Flor de caña et quelques filles se trémoussent sur une piste de danse. Un moustachu aux cheveux gominés, ressemblant comme deux gouttes d’eau à l’acteur Charles Bronson, se rapproche du bar et me propose un petit cigare. Il m’a vu griffonner dans un carnet. Les Nicaraguayens sont d’un abord facile. Ils aiment échanger des idées, sans formalités.
C’est le patron d’une finca de cafe. Il aurait bien voulu se présenter aux élections législatives, mais le salaire des députés est ridicule, à ses yeux : vous pensez ! 1500 dollars mensuels, pour 6000 $ en république dominicaine… Y a de quoi décourager les vocations. Selon lui, il règne une ambiance de suspicion dans le pays. Il me conseille de me méfier, notamment des CDS : « ce sont les yeux du pouvoir. » Les croyances aux forces surnaturelles sont encore très prégnantes, ce qu’on appelle : « el sentido magico de la vida. » C’est la raison pour laquelle le président du pays et son épouse réussissent à vendre leurs « salades ésotériques », sans réel programme politique.
Après quelques verres, mon interlocuteur en vient aux points négatifs de la culture de son peuple : l’opportunisme, l’absence de ponctualité et surtout le güegüensismo, un mort intraduisible. Il me parle aussi des 3 P : Plata para el amigo, Palo para el indiferente, Plomo para el enemiga (l’argent pour l’ami, le bâton pour l’indiffèrent et le plomb pour l’ennemi). C’était la devise de Somoza, mais c’est aussi la règle de tout politicien qui se respecte. Ils me font penser aux « 3 Z » des Pachtounes d’Afghanistan (voir la section du site Internet dédiée à ce pays). Autre point commun entre les deux pays : l’importance de la famille et du clan.
Comme en Afghanistan, il existe au Nicaragua une trentaine de degrés de liens familiaux, dont certains sont impossibles à traduire. Quand un homme en rencontre un autre, pour la première fois, il cherche à cerner son interlocuteur en prenant le maximum de renseignements sur ses liens familiaux, avant de se risquer à dire quoi que ce soit.
Quelques jours plus tard, dans de petites villes de montagne, je rencontre les libéraux du PLI, la principale force d’opposition, qui compte un certain nombre d’anciens commandants de la Contra. Ils ne s’en cachent pas, bien au contraire. Ils en font une fierté. Les meetings du parti dans les villages de Rio Blanco, Rancho Grande et Waslala, sont folkloriques : des cowboys entonnent force chansons anticommunistes et se déclarent prêts à reprendre la lutte.
Sous un certain angle, ce fait penser au Belarus. Même programme social, même soutien populaire à l’indépendance vis-à-vis des grandes puissances, même prévalence du chef, le cacique. Des organisations de masse encadrent la société, ce qui permet de surveiller la population. L’année est rythmée par le cycle des célébrations et des fêtes. Chaque élection est un festival incluant parades, musique et chants à la gloire des héros.
[1] « No le vengo a molestar ni a pedirle un solo centivo. Vengo a saludarle, porque es el consul de mi tierra. »[2] « Para el nicaragüense decir de viaje es del todo /…/ (tambien) la politica del pais es procesional /…/ es el desfile en multitud /…/ una raza procesional ! », Pablo Antonio Cuadra, El Nicaragüense, Hispamer, Managua, 1993 (13ème édition, 2004), page 55.
[3] Emilio Alvarez Montalvan, Cultura Politica Nicaragüense, Hispamer, Managua, 2008, page 26 : « La intervencion extranjera ha jugado un papel negativo, debilitando nuestra identidad nacional e impidiendo el desarrollo natural, condicionandonos a ser dependiendes, erosionando asi nuestra autoestima, que los sociologos llaman heteronomia. »
[4] « Lucharemos contra el yankee agresor, enemigo de la humanidad ». Mais, avec les élections de 2006, le FSLN abandonne cet hymne et ses discours anti-yankees, pour des textes plus candides, comme la chanson « Give Peace a Chance » de John Lennon, et « Stand by Me » de Ben E. King, choisies par l’épouse de Daniel Ortega, Rosario Murillo, qui dirige les campagnes électorales. Elle est férue d’ésotérisme et de « révolution spirituelle ».
[5] Voir Gilles Bataillon, Enquête sur une guérilla : Nicaragua (1982-2007), Paris, Le Félin, 2009. Ces indiens se sont convertis au piétisme morave (un courant du protestantisme) au début du vingtième siècle.
[6] « Durante los anos en que el FSLN no estuvo en el gobierno, desde 1990 hasta 2006, este se transformo en un partido que pacto y negocio sistematicamente con quienes detentaban el poder para satisfacer sus intereses particulares, independientemente (o incluso en contra) de los intereses de la nacion. » Salvador Marti i Puig, David Close (eds.), Nicaragua y el FSLN (1979-2009) : que queda de la revolucion ?, Edicions Bellaterra, Barcelona, 2009, page 12.
[7] « Nosotros no nacimos arriba, nacimos abajo y vamos a gobernar desde abajo. Ahora que hay un poder popular, estamos en muchas mejores condiciones para, en un corto tiempo, volver a gobernar este pais desde arriba. »
[8] Pablo Antonio Cuadra, El Nicaragüense, Hispamer, Managua, 1993 (13ème édition, 2004), page 27 : « El nicaragüense es un tipo imaginativo, fantasioso, que con mucha frecuencia llega a la extravagancia barroca o a la fanfarroneria. »
[9] Comme l’a signalé le sociologue Gilles Bataillon dans Enquête sur une guérilla (1982-2007), Paris, Le Félin, 2009.
[10] A juste titre si l’on compare leur professionnalisme avec celui des polices de la plupart des autres pays du continent.
[11] Par exemple, le Seguimiento a las recomendaciones establecidas en la fiscalizacion sobre el Acceso a la justicia de las Mujeres Victimas de Delitos Sexuales, Violencia Intrafamiliar y Femicidio, en las Comisarias de la Mujer, Ministerio Publico y Juzgados Penales, avril 2011, PDDH.
[12] Pablo Antonio Cuadra, El Nicaragüense, Hispamer, Managua, 1993 (13ème édition, 2004), page 59 : « El machete es un arma desnfundada y visible, un arma presentada con claridad desnuda. »